De lo único de lo que me arrepiento en la vida es de haber callado sentimientos por temor a alguna respuesta no deseada. De lo contrario, amé, lloré, reí con ganas. Hice lo que tenía que hacer. Respondí a cada situación como debía... y cuando no, también sufrí las consecuencias; pero me levanté con más ánimos y continué. En fin, no lamento nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario